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NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


Prontos a celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Sutesal se pronuncia a favor de toda acción efectiva que ayude a prevenirla, instando al Gobierno a abordar el problema desde sus raíces. Al respecto, reconocemos la voluntad política de las diferentes instancias del Estado y la sociedad civil para luchar contra la violencia en todas sus modalidades; sin embargo, consideramos que se pueden tomar acciones más efectivas.


En la actualidad, la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo.


SITUACIÓN ACTUAL

Entre el 2009 y el 2016, el Perú redujo de 76.9% a 68.2%, los casos de violencia registrados y denunciados. Estas alarmantes cifras han situado al país en el tercer puesto en niveles de abusos sexuales, afirma la Organización Mundial de la Salud, y es considerado el segundo país con el mayor número de feminicidios en América Latina, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).


Por su parte, El Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), corrobora estas cifras, revelando que el 68.2% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia física, sexual o psicológica en el 2016.


Resulta innegable que en el ámbito legal se procura proteger a la mujer contra la agresión de los hombres, pero las estadísticas de este año no son alentadoras. La Policía Nacional del Perú registró 4,310 denuncias por violencia física y psicológica, mientras que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) aseguró que, hasta agosto del presente año, se han cometido 82 feminicidios.


MANOS A LA OBRA

El panorama cambia muy lentamente, pues es complejo e involucra aspectos históricos, socioculturales, político-legales, y familiares que crean una brecha enorme que dificulta una realidad de igualdad entre mujeres y varones. En ese sentido, es necesario, por parte de los diferentes poderes del Estado, implementar:

  • Poner en marcha un programa de promoción de la salud mental, de buen trato y de cultura de paz en la población, a través de una campaña nacional de sensibilización y concientización dirigida a la prevención de todas las formas de violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres. La labor debe iniciarse en las escuelas, universidades, institutos, trabajos y demás espacios colectivos.

  • Medidas efectivas para fortalecer las capacidades de prevención y respuesta ante cualquier forma de violencia contra niñas, adolescentes y mujeres. Para ello, es necesario trabajar en el Marco Normativo Nacional para conseguir la adopción y promulgación de reformas jurídicas que ayuden a erradicar este problema.

  • Apoyar el acceso a respuestas multisectoriales de calidad para las mujeres y niñas que han sufrido algún tipo de violencia, que incluyan seguridad, refugio, salud, justicia y otros servicios esenciales. Si bien es cierto, el Estado no cuenta con los fondos necesarios para la sostenibilidad de este proyecto, debe buscar la manera de subvencionarlo.

  • Mejorar la capacidad de la policía de responder a las necesidades de las mujeres sobrevivientes, así mejorar las instalaciones para hacer las denuncias y la atención y médica requerida.

El hecho es innegable y ya no se puede postergar más: debemos actuar. Las políticas públicas deben estar orientadas a maximizar las inversiones destinadas a la prevención, pues es la solución más rentable a corto y largo plazo frente a las consecuencias que han venido dejando los casos de feminicidios en nuestro país y el mundo.

Sindicato Único de Trabajadores de la Empresa del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SUTESAL)



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