Desalinización: ¿alternativa o distracción para un mundo sediento?

Proporcionar agua potable a la población presenta desafíos especiales. En zonas donde las fuentes de agua locales son limitadas o no aptas para el consumo, se debe recurrir a estrategias de solución especializadas, prediseñadas y personalizadas que entreguen de manera confiable agua apta para el consumo de la gente.

El proyecto de construcción de las 19 plantas de desalinización para los pueblos en la costa del país (1.2 millones de peruanos) en el que se encuentra trabajando el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), busca garantizar un suministro de agua constante, confiable y seguro. El ministerio afirma que es necesaria una inversión de US$ 1,000 millones –cifra que requiere inversores- para que el proyecto se haga realidad.

Sin embargo, la realidad es otra. La desalinización es un recurso costoso y de gran riesgo para el medio ambiente. Entre los impactos inmediatos se encuentran el vertido de salmueras y contaminantes al mar, la emisión de gases de efecto invernadero y la destrucción de zonas costeras valiosas.

Como toda tecnología relativamente nueva, los efectos negativos se detectan cuando es demasiado tarde y demasiado caro solucionarlos.

Además, el consumo energético de las desalinizadoras está estimado entre 2,60 y 5 kWh/m3, es decir que por cada m3 de agua se emiten entre 1-2kg de CO2. Un desmesurado uso de desalinizadoras podría incrementar las emisiones hasta en un millón de toneladas de CO2 y dificultar el cumplimiento del Protocolo de Kyoto.

OTRAS SOLUCIONES

Hay que empezar con la protección de las fuentes naturales como ríos, acuíferos y zonas húmedas. En el 2017, anunció proyectos para cerrar el déficit de agua. Obras como las de Marca III, Las Galerías Filtrantes de Chillón y Turín, Derivación del agua del río Cañete, entre otros.

Ejecutar proyectos como estos, ayudaría a que existan recursos sostenibles de agua sin mayores consecuencias negativas, garantizando una mejor gestión en la demanda de agua: una mayor eficiencia en su uso, la modernización de redes de abastecimiento urbanas y de regadíos, y una política territorial sostenible.

Finalmente, en cuanto a los costos de inversión, la propuesta actual obligaría a incrementar los costos de las tarifas significativamente, además del mayor número de repercusiones que ocasionaría en el ecosistema.

Sindicato Único de Trabajadores de la Empresa del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SUTESAL)